Algunos conoceréis el concepto de “resiliencia” pero para otros, será un término nuevo. La resiliencia no es otra cosa que la capacidad que tenemos los seres humanos de afrontar la adversidad pero saliendo fortalecidos de ella. Solemos utilizar este término cuando nos mostramos convencidos de que vamos a superar los obstáculos de manera exitosa, por muy dura o negativa que sea la situación.
En el caso de los cuidadores, la resiliencia es una habilidad especialmente importante ya que el cuidado de una persona enferma o dependiente puede conducirnos ante situaciones de gran estrés. Si somos resilientes sabremos hacer frente a estas situaciones con fortaleza, evitando la depresión, el abandono o la culpa.
En este post vamos a daros 10 consejos para aumentar vuestra resiliencia, ya que un cuidador resiliente es un cuidador más sano, con una mejor autoestima, mayor optimismo, capaz de afrontar los retos que se le plantean… En definitiva, con una vida, laboral y personal, más plena.
1.- Introspección
Para desarrollar la resiliencia es importante ser capaces de mirarnos a nosotros mismos, conocernos en profundidad, entendernos mejor y así poder interactuar con el mundo exterior desde el conocimiento personal.
2.- Motivación
Otra característica importante y a valorar en un cuidador es la motivación; esa capacidad de darle sentido a nuestra vida y de construirnos un proyecto personal propio que será el motor de nuestras acciones.
3.- Autorregulación emocional
Saber regular nuestras emociones también es esencial. Esto no quiere decir que tengamos que evitar ciertas emociones indeseadas, la clave está en aceptarlas cuando lleguen y saber gestionarlas de la forma adecuada.
4.- Autonomía emocional
Debemos aprender también a ser independientes emocionalmente, saber tomar distancia ante ciertas circunstancias. Es importante ser conscientes de nuestra individualidad y evitar llevarlo todo al terreno personal.
5.- Confianza en nosotros mismos
Otro de los puntos más importantes será la valoración que hacemos de nosotros mismos. Una adecuada autoestima nos ayudará a sentirnos más capaces de superar los problemas, y por lo tanto, de superarlos.
6.- Capacidades sociales
También debemos ser capaces de relacionarnos con los demás de una manera sana; estableciendo vínculos afectivos con las personas de nuestro alrededor.
7.- Optimismo
Para afrontar situaciones difíciles es indispensable mostrar una actitud positiva, quitándole hierro al asunto, desdramatizando los problemas y afrontándolos con una actitud creativa.
8.- Humor
Este punto va muy ligado al anterior. A la hora de afrontar problemas es importante saber relativizarlos, reírnos de nosotros mismos y de la vida puede ser de gran ayuda en ciertas ocasiones.
9.- Ética y coherencia
Otro punto clave será mantener una coherencia entre lo que pensamos, decimos y hacemos. Ser coherentes con nosotros mismos nos ayudará a mantenernos más firmes ante las adversidades, a la vez que mejorará nuestra autoestima.
10.- Colaboración y compromiso
Comprometernos con ciertos valores, personas o tareas también nos hace más fuertes. Del mismo modo que la capacidad de ayudar a los demás nos ayuda a ser más resilientes.
Como ves, la resiliencia es una habilidad que podemos trabajar y que nos puede facilitar mucho la vida. Adversidades en la vida no nos van a faltar, eso es así, lo único que podemos cambiar es nuestra actitud ante ellas. En Arreta Zerbitzuak tenemos los mejores profesionales para el cuidado de personas mayores y dependientes. La resiliencia es una de las virtudes que más valoramos a la hora de contratar a nuestros profesionales.