Si hay un servicio. dentro del sector sanitario, que requiere de un trato personal y de mucha empatía, ese es el de la ayuda a domicilio (también conocida como SAD). Esto se debe a la estrecha relación que se genera, en muchos casos, entre el profesional que presta el servicio y el usuario que recibe su atención y cuidados o la familia del usuario. El vínculo entre auxiliares de ayuda a domicilio y usuarios otorga un valor añadido al servicio de los cuidados.
El servicio de ayuda a domicilio es un servicio esencial, y cada vez más demandado, que ofrece un conjunto de recursos dirigidos a prestar apoyo y cuidados en el domicilio a las personas que dejan de ser autónomas, para que puedan llevar a cabo las actividades básicas de la vida diaria y mantengan la relación social con su entorno. Los cuidadores proporcionan ayuda en el aseo personal y realizan labores domésticas (limpieza y cocina, normalmente).
PROFESIONALIZACIÓN
Desde hace unos años, este trabajo que hasta ahora se calificaba como “trabajo en el hogar” y que no requería de ninguna cualificación, se ha profesionalizado. Cada vez son más las personas que disponen de una titulación como auxiliares de ayuda a domicilio y, al igual que el sector en general, esto ha mejorado las condiciones de trabajo. En Arreta, conscientes de este cambio en el sector, tenemos en nuestra plantilla a profesionales en el cuidado de personas mayores.
VÍNCULO
Aunque las personas que requieren ayuda en el domicilio, en su mayoría, son personas mayores, las cuidadoras pueden estar a su cargo varios años. Esto fomenta relaciones que van más allá de trabajador-cliente. Es muy importante que las personas que están a cargo de los cuidadores se sientan queridos, mimados y bien tratados. Además, muchas veces, los cuidadores son internos lo que significa que pasan 24h al día con el usuario. Esto hace aún más estrecho el vínculo entre los dos.